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Burbujitas, un pez feliz.

Me presento

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Conoce la historia de la mascota de nuestro proyecto

Burbujitas nació en el río, cerca de las montañas. Vivía con otros peces y cuando jugaba al escondite sus amigos siempre lo encontraban por las pequeñas pompas que hacías al respirar. Por eso, desde muy pequeñito lo llamaron Burbujitas.

Burbujitas nadaba de día y, a contracorriente, y sentía el agua fresca en la cara. Guardaba silencio para admirar lo que había en la orilla del río: los árboles, las flores, las montañas, … ¡Era tan bonito!

Pero lo que más le gustaba era nadar por la noche. Podía mirar tranquilo la luna y ver su reflejo en el agua.

- ¿Por qué el mundo es tan bonito? - se preguntaba. Quien lo haya creado tiene que ser Alguien muy grande y bueno.

Una noche, Burbujitas vio a unos pastores que corrían contentos y alegres.


- ¿Dónde vais con tanta prisa? - les preguntó- 


-Vamos a Belén a ver un Niño muy especial-respondió una pastorcilla. Un ángel nos acaba de anunciar que ha nacido el hijo de Dios y que lo encontraremos en un establo. Así que vamos a felicitar a sus papás. Yo le llevo esta lana para tejer un manta.


- Y yo les llevo pan y un queso – añadió un pastor.


Burbujitas no se lo pensó dos veces y gritó: - ¡Yo también quiero conocerlo! ¡Voy con vosotros!


Burbujitas acompañó a los pastores a lo largo del río. Cuando llegaron a Belén, Burbujitas se quedó asombrado. Sobre el establo brillaba una gran estrella. Era preciosa y nunca había visto una estrella como aquella. 


Se fijó en lo que ocurría dentro del establo. Vio a una hermosa joven que acunaba con cariño a su bebé:


-Jesús, Jesusito mío. Niño de mi corazón … - tarareaba suavemente la joven.

Burbujitas miró al niño Jesús. ¡Qué guapo era! Sonreía y su sonrisa era tan luminosa como la estrella que estaba sobre su establo. Y el niño Jesús también miró a Burbujitas, y Burbujitas sintió una gran alegría. ¡Quería ser su amigo!


Pero entonces una fuerte corriente lo arrastró río abajo. Aunque estaba acostumbrado a nadar contra la corriente, esta vez lo pilló por sorpresa y el agua lo llevó hasta un gran lago. Era tan grande que parecía el mar. La gente lo llamaba el Mar de Galilea.


Burbujitas se acordaba todos los días del niño Jesús y de aquella estrella grande que iluminaba el portal de Belén. Así que decidió dibujarse una estrella en la frente. De esta manera, cada vez que alguien le preguntara por qué llevaba una estrella en la cabeza el respondería:


- Yo vi la estrella que brillaba el día que nació Jesús. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pasó mucho, mucho tiempo, y Jesús se hizo mayor. Le gustaba ir al lago para estar con sus amigos los pescadores. Les hablaba del amor y les enseñaba a ser buenas personas y a ser felices.


Un día subió con ellos a la barca y salieron a pescar. Lejos de la orilla lanzaron las redes al agua. Burbujitas, que estaba cerca, se enredó en la red. Quería soltarse, pero no podía. Los pesadores, al ver que las redes estaban llenas de peces las subieron a la barca. Burbujitas se movía mucho para soltarse, pero no lo conseguía. Jesús, al ver a Burbujitas, fue a soltarlo lo miró fijamente a los ojos y lo reconoció enseguida. 


-Me acuerdo de ti-le dijo. Tu viniste a verme cuando era muy pequeño. Aunque entonces no llevabas esa estrella tan bonita. 


-Si-respondió Burbujitas. Fui a verte con los pastores cuando naciste, y me miraste. Yo quería ser tu amigo. 


-Pues quédate con nosotros- le dijo Jesús. 


Desde ese día Burbujitas se quedó muy cerca de Jesús. Aprendió mucho de él y, con el paso del tiempo, el pez pasó a ser uno de los símbolos de los amigos de Jesús.

FIN.

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Escucha el cuento las veces que quieras

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En esta pista de audio, pueden escuchar el cuento "Burbujitas un pez feliz" tantas veces quieran.

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